El concepto de esta vivienda nace en función del entorno de montaña. La heterogeneidad de las formas, los pliegues, los cambios, su quietud y peso. En eses desarrollo, se interpretó también la condición del terreno, un lote de esquina, con una amplia curvatura. La propietaria solicitó un contacto visual estrecho con la montaña, por lo tanto las funciones fueron abriendose y dando paso a espacios de transición. Una arquitectura de masas fuertes, colores claros y materiales autóctonos son el resultado de una búsqueda de calidez y armonía.