En un terreno de dimensiones mínimas se debía resolver una vivienda familiar con tres dormitorios y sector diario con un pequeño living. Se prioriza la economía y la practicidad de la resolución estética.
Motivados por el desafío de proyectar una vivienda funcional, con tres dormitorios en un lote pequeño de 250 metros cuadrados, optamos por un claro enfoque funcionalista que conectaba el ingreso desde el exterior con el ambiente social mientras se desarrollaba anexo el comedor diario y la cocina. Alejada aparece el sector de dormir generando la privacidad necesaria. Estéticamente, el diseño de fachadas acompaña el desarrollo de la planta arquitectónica.